viernes, 21 de enero de 2011

Traición a la mexicana.


La historia de México es la historia de los traidores. Traidores que hasta nuestros días sorprenden, sobre todo porque se trata de nuestros caudillos y héroes nacionales.

La pregunta obligada sería ¿por qué es traidor el mexicano?, podría deberse a algo genético o tal vez sea una cuestión cultural.

Todo empezó –como diría Freud- con la Malinche, quien traicionó a su pueblo para ayudar a Hernán Cortés. Tal vez con el mestizaje se transmitió el gen de la traición en nuestros descendientes, claro que esto dista mucho de ser probado ya que no hay evidencia de que los actos morales tengan un origen genético…¿o si?

No menos sonada sería la traición a Miguel Hidalgo –durante la Independencia- por parte del coronel Ignacio Elizondo quien fingió pasarse al bando Insurgente para informar de sus movimientos. Con Hidalgo cayeron también Allende, Jiménez, Juan Ignacio Ramón y Manuel de Santa María.

Iturbide traiciona al Ejército Realista, del que formó parte, y se unió a Vicente Guerrero para consumar el triunfo de la Independencia de México.

Luego los traiciona y se proclama Primer Emperador Mexicano.

Durante la Reforma el mismo Benito Juárez traicionó a la nación con el El Tratado McLane-Ocampo en el cual cedía territorio y derechos de vía a los Norteamericanos a cambio de dinero para su lucha contra los conservadores, o su traición a la Constitución Liberal, misma que nunca respetó ya que no le importó tomar medidas antiliberales como la auto reelección y el centralismo.

El siglo XX se empezó con la traición del general Victoriano Huerta asesinando a Francisco I. Madero quien acababa de ser electo presidente y al vicepresidente Pino Suárez. Esto trajo consigo 10 años de guerra civil llamada Revolución Mexicana.

Durante esta, los principales jefes revolucionarios murieron en la más pura expresión del canibalismo revolucionario, traicionándose entre ellos.

Por órdenes de Venustiano Carranza, el coronel Jesús Guajardo traicionó y asesinó a Emiliano Zapata tras atraerlo a un encuentro secreto en la hacienda de Chinameca, en Morelos.

Luego Carranza tuvo que huir de la capital por la traición de Obregón. Intentó esconderse en las montañas, pero fue traicionado y murió asesinado por las tropas del general Rodolfo Herrero.

Álvaro Obregón decidió que Pancho Villa –el Centauro del Norte-, era un peligro para México y fue asesinado en una emboscada cuando se dirigía a una fiesta familiar en Parral.

Luego el PRI, traicionando todo lo ganado con la Revolución Mexicana –empezando por su principio de Sufragio Efectivo No Reelección- se erigió como Dictadura de Partido durante 71 años hasta que en el 2000 Vicente Fox fue electo presidente por un partido diferente.

Éste a su vez traicionó a millones de mexicanos quienes votaron por el Gobierno del Cambio y nos resultó pan con lo mismo –ciertamente-.

El resto lo tenemos que escribir nosotros todavía, pero no parece haber mucho futuro porque nos encanta hacer escarnio de cualquier mexicano que demuestre ser un líder.

Quizá por eso es que muchos odian a Hugo Sánchez o López Obrador y no dudo que si pudieran los emboscarían como en los tiempos de María Canica.