sábado, 14 de junio de 2008

Padre solo hay uno.


Durante décadas las feministas nos han vendido la idea de que el padre es solo un fósil cultural de un modelo familiar en extinción.

Debido a lo anterior no existe siquiera una fecha específica para celebrarlo como a la madre (10 de mayo), a la secretaria (18 de julio), al niño (30 de abril) o contra la homofobia (17 de mayo) sino que simplemente se celebra el tercer domingo del mes de junio, que en este año cae el día 15 dicho sea de paso.


Sin embargo, la figura paterna es mas importante de lo que se publicita:

Genéticamente:

-Aporta el 50% de ADN necesario para crear un ser humano.
-Determina el género del bebé con lo cual se mantiene el equilibrio sexual de la especie.
-Aporta la variabilidad genética con sus cromosomas “y".

Psicológicamente:

-Es figura de autoridad.
-El vínculo padre- hijo proporciona al niño que crece la seguridad que necesita.
-El infantilismo y la inmadurez crónica son las consecuencias directas de la falta de padre.
-La figura de un padre ausente o distante es determinante en la clásica relación triádica que determina la homosexualidad.

Socialmente:

-El 80% de los delincuentes juveniles se criaron sin padre.
-El 75% de los violadores menores de 25 años crecieron sin figura paterna.
-El 65% de las madres adolescentes carecen de padre.
-El 90% de los niños deambulantes provienen de hogares donde está ausente la figura paterna.
-El 65% de los jóvenes que se suicidan provienen de hogares donde está ausente la figura paterna.
-El 75% de los jóvenes usuarios de droga y el 70% de los jóvenes en instituciones juveniles se criaron sin su padre.

Y finalmente el dato mas revelador y del que quizá muchos no han tomado conciencia todavía: padre solo hay uno también.

jueves, 5 de junio de 2008

Alegatos de gatos.


Mi gato Salem está muy maltrecho. Es un siamés que les regalé a mis hijos hace 6 años.

Aunque siempre ha tenido en la casa su refugio (una casita como la de Snoopy en la cochera) su dotación de croquetas y agua fresca en su comedero, le he dado toda la libertad para ir y venir por el vecindario a la hora que se le de la gana.

Particularmente no soy de los que hacen cosas como acariciar a sus mascotas o subirlas a la cama, lo cual me parece anti higiénico, y siempre he creído que los animales no deben ser vistos como personitas peludas por lo que he procurado que lleve una vida lo mas plenamente posible como gato.

Lo anterior significa días enteros durmiendo fuera de casa, noches enteras copulando con gatitas en celo hasta el amanecer, encarnizadas peleas territoriales con otros gatos, cuidarse de ser atropellado por un carro y evitar ser apaleado por algún vecino intolerante.

Así pues, luego de 6 años de esta gatuna vida ha empezado a pagar el precio de la misma y el viernes pasado llegó prácticamente en el límite de su séptima vida: flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones. Hasta con una mordida sangrante en una garra.

Le acondicioné un lecho de toallas bajo la escalera para que descansara y estuve el fin de semana pendiente de él... ni salí el viernes.

Pasó 3 días completos durmiendo y apenas se levantó tambaleando para salir al patio a hacer del baño, porque eso si, moribundo y todo, está muy bien educado.

Como no tenía fuerzas para comer, el veterinario me recomendó un gel multi vitamínico (mejor que las Simi-Vitaminas o el M- Force, según me han contado) que le he estado dando con jeringa junto con sus croquetas remojadas en leche (prefiere Whishkas receta original).

Después de 7 días sin dejarlo salir de casa y con tantos cuidados ha mejorado, hasta diría que parece sonreír. Claro que ya está inquieto por volverse a ir a la calle y se acuesta junto a la puerta esperando la menor oportunidad para darse a la fuga.

La disyuntiva que tengo ahora es si permitirle volver a su vida gatuna o castrarlo para que se mantenga en casa sin los influjos de la testosterona, ya que otra recaída como la anterior no creo que pueda soportarla, él no yo.

Ya vivió como gato así que tal vez ahora deba prepararse para una vejez mas humana.

Castrar o no castrar he ahí el dilema...