sábado, 29 de noviembre de 2008

Cruci ficción femenina.


El 25 de noviembre se celebró el Día Internacional de la No violencia Contra la Mujer. Y como ocurre año tras año se escucharon en todos los medios los gastados clichés que victimizan a la mujer como única receptora de la violencia de género.

En estricto apego a la equidad debería ser el día de la no violencia contra la pareja, no solo contra la mujer, pero el mismo nombre lleva implícita una gran carga de manipulación.

Lo cierto es que las mujeres ejercen mucha violencia en sus relaciones pero fechas como ésta ayudan a mantener la idea contraria en la sociedad y contribuyen a fomentar el mito misándrico (odio al hombre) de que el hombre es malo y la mujer es buena, de que el hombre es el verdugo y la mujer la víctima.

Partiendo de esta idea las mujeres no hacen nada por modificar sus actitudes violentas dentro de sus relaciones e incluso justifican el maltrato que ejercen, esta idea ha penetrado tanto en el criterio de nuestra sociedad que los mismos legisladores promulgan leyes cada vez más inequitativas contra el varón.

Muchos pretenden llamar a las conductas agresivas de las mujeres violencia a secas, no violencia de género y aseguran que se trata de mujeres que se que se defienden lo que contribuye a su impunidad. Tampoco hay políticas públicas ni instituciones creadas para incentivar la denuncia de la violencia contra el varón como existe en el caso de las mujeres con el Insituto de la mujer y las líneas de denuncia.

Aunado al hecho de que cuando el varón denuncia puede perderlo todo en el caso de estar casado ya que las leyes en materia de divorcio despojan al hombre de sus hijos y su patrimonio por lo cual no es una opción para él.

La realidad es que no conozco a un hombre que no haya sido abofeteado o rasguñado alguna vez por su pareja hablando de violencia física y si nos vamos al maltrato emocional es muy común aguantar actitudes histéricas, amenazas constantes de terminar, crítica corrosiva y el control de la vida social como formas de violencia hacia el varón.

En el caso de los matrimonios no se quedan atrás las amenazas de divorcio o de engaño y la exigencia de control sobre sus finanzas para someter al marido.

Pese a ello y debido a décadas de enculturación feminista la actitud de la sociedad sigue siendo de total negación.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Si no puedes vencerlos, legalízalo.

Éste parece ser el lema del PRD; y es que muchas de sus propuestas se tratan burdamente de legalizar todo aquello que no tienen capacidad de prevenir o combatir. De esta manera legalizaron el aborto en el D.F. y ahora pretenden hacer lo mismo con la marihuana.

Esta propuesta ya está siendo analizada por iniciativa del diputado Víctor Hugo Círigo, quien propone permitir el consumo y portación de hasta 5 gramos del producto (unos 3 cigarrillos).

Argumentan principalmente que al legalizar la marihuana se acabaría con las mafias que la controlan y que el consumo en tales cantidades no resulta un problema muy grave para la sociedad.

A mi se me hace que estos diputados han de estar marihuanos cuando proponen tales soluciones.

De entrada olvidan que todavía quedarían otras mafias que combatir como la de la cocaína o las metanfetaminas por lo que el paso obligado sería legalizar todas las drogas para acabar con el narcotráfico.

Y como se ha demostrado en la realidad, legalizar no resuelve un problema sino que lo generaliza, como sucedió con el aborto en el D.F. que ya suman mas de 15,000 en casi 2 años.

Es evidente que al legalizar la marihuana se incrementaría el número de consumidores y se empezaría a consumirla desde una edad mas temprana tal y como pasa con el alcohol o el tabaco actualmente.

Y si con el alcohol tenemos bastantes problemas por las muertes, delitos y accidentes que ocasiona ¿que nos puede esperar con las calles llenas de marihuanos?

Simplemente hay cosas que por su naturaleza no pueden legalizarse y otras como el alcohol al que ya le hace falta una ajustadita con leyes mas severas como le pasó al cigarro con la ley antitabaco.

Esta actitud de legalizar como solución a los problemas sociales denota una falta total de capacidad de quienes gobiernan para resolver los problemas que nos aquejan.

Y como si no tuvieran temas mas importantes que debatir para el futuro del país que permitirnos entrarle libremente a la marihuana cual hippies melenudos.

Bajo este criterio legalizable la pregunta obligada sería ¿qué sigue legalizar después?; ¿los secuestros mientras pidan poco de rescate?, ¿o la violación si nomás fue la puntita?

domingo, 9 de noviembre de 2008

Habemus Nigrum



En el imaginario popular los negros son los buenos y los blancos son los malos, los explotadores, los esclavistas. Por eso un negro debe tener una mayor sensibilidad humana y un sentido más elevado de la justicia social.

Así como Hítler sostenía que cualquier individuo por ser “ario” era bueno, ahora resulta que cualquiera por ser negro también lo es.

Esto resultó particularmente evidente y provechoso para su causa el pasado 4 de noviembre cuando Barack Obama fué electo como nuevo presidente de Estados Unidos.

Y es que la mayoría tanto dentro como fuera de su país lo que mas aplauden de su elección es que sea el primer presidente negro de ese país.

También se escucharon voces como las de Hugo Chávez de Venezuela quien mencionó que solo si él resultaba presidente dialogaría con los Estados Unidos de la mano de Fidel Castro.

Incluso me tocó escuchar a un comentarista de radio decir que era algo tan bueno como cuando ganó Evo Morales (un indígena) en Bolivia y que ojalá en México pasara algo así muy pronto.

Es evidente que a nivel de mercadotecnia a los gringos les ha venido muy bien la imagen de un presidente negro por todos los estereotipos que se tienen.

Pero caer en estereotipos es solo otra forma mas de racismo y es lamentable. Racismo inverso podríamos llamarle porque se apoya a una minoría o discriminación positiva para otros, aunque no entiendo que pueda tener de positiva la discriminación. Y es que muchos se han ido por el color de su piel aunque no conozcan sus verdaderas convicciones ni intenciones.

Los atributos morales no dependen de la raza sino de la formación del individuo porque si a estadísticas reales nos vamos resulta que los negros estadounidenses aportan las cifras más altas en varios aspectos negativos de su sociedad como los homicidas, los drogadictos o los embarazos adolescentes, claro que las estadísticas no hacen campañas.

En verdad les digo que ningún presidente negro, ni afroamericano, ni de color, ni como le quieran llamar, va a cambiar mucho las prioridades de Estados Unidos y cualquiera que esté en el poder va a anteponer los intereses norteamericanos a los de cualquier otro país.

Porque eso si tienen los gringos que primero está su país, después su país y ya luego su país, a diferencia de otras naciones llenas de gobernantes vende patrias como el nuestro.

Así que si el día de mañana surge otro Bin Laden que le derrumbe torres gemelas mandará las tropas para poner las cosas en su lugar o cuando haya que vetar el tomate mexicano para que no se enfermen de salmonelosis sus paisanos lo va a hacer.

Lo bueno para él es que ya Bush se encargó de limpiar la casa y de momento puede empezar a gobernar con calma hasta que Al Qaeda se lo demande.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Altares de muertos


El 2 de noviembre se celebra en México el día de los muertos y lo tradicional en muchas casas donde tienen algún difunto que recordar es el altar de muerto.

Este es adornado con flores de cempasúchil o gardenias para que huela a panteón, calaveritas de dulce, crucifijos, la foto del finado en cuestión y su respectiva veladora.

Lo más importante es poner una ración de las comidas y bebidas que mas le gustaba el difunto en vida ya que según la tradición éste vendrá a media noche para disfrutar dicho banquete.

Que si le gustaba el mole, le ponen un plato de mole.
Que si le entraba al pulque, (si el muerto era albañil por ejemplo) le ponen una jarra de pulque.
Que si le entraba a las tortas de tamal (si el muerto era chilango más que nada) pues le ponen sus tortas de tamal.
Que si le gustaba el pejelagarto (si el muerto era tabasqueño claro) pues le ponen también su pejelagarto asado con sal y limón, tortilla de maíz nuevo y chile amashito.

Pero a mí en lo particular esta costumbre siempre me pareció bastante tétrica y absurda por lo que nunca he puesto un altar de muerto.

Recuerdo también que de niño me aterraba la idea de encontrar un muerto andrajoso sentado en la sala de algún vecino dándose gusto frente al altar, hubo noches en que incluso llegué a ver alguno estoy seguro.

Tampoco entendí nunca para que quería comer un muerto, no creo que fuera a morirse de hambre.

Lo que me parece más triste del asunto es que seguramente en vida nunca le cumplieron sus caprichos al pobre difunto pero sí se toman la molestia de hacerlo ahora que ya no puede disfrutarlos.

Es una tradición mantenida en buena medida por el remordimiento de conciencia de los deudos y se trata muchas veces de una simple sobre compensación hacia el difunto; pero hay que recordar que lo que no dimos en vida no tiene ningún sentido darlo ya.

Me quedo con lo que dice el poema de Ana María Rabatté:

“No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto,
en Vida Hermano, en Vida...”

Así pues, si queremos recordar a un ser amado basta con revivir viejos momentos en nuestro pensamiento o ver algunas fotos en la intimidad de nuestra habitación sin necesidad de montar lúgubres escenarios para el público. Cuando menos si salieran a la calle paseando el altar y pidiendo dulce o truco sería más divertido.

Espero que a mi nunca me vayan a poner un altar así porque soy capaz de venir de ultratumba nada mas para tirarles encima todas las enchiladas que me hallan ofrecido y bañarlos de coca cola también, dicho sea de paso.