sábado, 13 de octubre de 2012

¿Fundación o Conquista?¿hijos de los vencedores o de los vencidos?

 
 
La Historia Oficial que aprendemos desde la Primaria nos enseña que lo nuestro fué Conquista y no otra cosa. Que los Mexicas o Aztecas vivían felices y en paz con la naturaleza cuando llegaron los españoles: sucios y barbudos a pegarles enfermedades, quemarles los pies y enseñarles el catecismo para quedarse con el petróleo de sus tierras -por eso la primera batalla fué en Tabasco supongo-.



Pero hay serias inconsistencias en esta historia. Como en toda la Historia Oficial.



Los Aztecas jamás dominaron los vastos territorios que gobernaron los españoles, su reino se reducía a lo que sería quizá el 10% del territorio nacional. En el resto del páis estaban los Mayas en el Sur, los Purépechas en el Occidente y en sus mismas narices destacaron los señoríos independientes de los Tlaxcaltecas en Tlaxcala, los Huejotzingo en Puebla y los Meztitlan en Hidalgo. El resto del país era prácticamente tierra de nadie.



Así también, todos estos pueblos indígenas odiaban a los Aztecas y los veían como enemigos y saqueadores, no como sus padres y ni siquiera como sus hermanos; mejor xoloitzcuintle -decían. Además los consideraban crueles y despiadados con quienes sometían, exigiéndoles abusivos tributos y sacándoles el corazón en infames sacrificios humanos.



Sin embargo, por alguna extraña razón, cuando los derrotan los españoles se convierten de pronto en los buenos de la historia y en los dueños de todo el territorio nacional, incluyendo las Islas de Guadalupe y Revillagigedo.



Se olvidan que quienes sí lograron unificar a todos estos pueblos, primero para luchar contra los Aztecas y luego para darles a a todos el mismo territorio, la misma lengua, el mismo Cristo, la misma Tecnología y el mismo Gobierno, fueron los Españoles.



Es decir, ellos fundaron esta Nación, no la conquistaron. Porque México como lo conocemos actualmente no existía antes de los Españoles ni existiría si no hubieran llegado ellos. Seguramente usaríamos taparrabos y sacaríamos corazones humanos en honor a Huitxilopochtli o cosas peores.



Más aún, al gobernar estos territorios durante 300 años -lo que nadie hizo jamás- se ganaron el derecho a ser considerados Nuestros Ancestros y Padres de la Patria. Por lo consiguiente queda claro que nosotros somos hijos de los conquistadores, no de los conquistados, hijos de los vencedores no de los vencidos.



¿Dónde empezó la confusión entonces?



Pues cuando los Independentistas -después de 1810- en su afán de cortar con los españoles, pensaron que lo mejor sería darle una nueva identidad a la Nación y nada mejor que satanizar a la Madre Patria. De ahí ese interés en replantear nuestros orígenes y nuestra identidad nacional a la fuerza, por eso algo no encaja puesto que ya la mexicanidad estaba formada y solamente fué deformada, o peor aún diría yo, denigrada.



Otros países como Estados Unidos hicieron lo contrario, se independizaron de Inglaterra por ejemplo, pero nunca dejaron de reconocer que los Ingleses eran sus ancestros, no los apaches, ni los sioux ni los pieles rojas. Su bandera incluso lleva los mismos colores que la Bandera Inglesa, en tanto que en México cortamos toda relación con los colores de la Bandera Española roja y amarilla, y le pusimos un símbolo Azteca en el centro para dejar en claro que éramos hijos de los perdedores.



Por eso muchos mexicanos crecen con un gran complejo de inferioridad y le achacan a nuestro triste pasado todas nuestras desgracias nacionales -es un lugar común en nuestras conversaciones incluso- y todo porque se les recuerda constantemente que son hijos de los que perdieron, no de los que ganaron, pero eso no es verdad.



Somos hijos de los vencedores, no de los vencidos y algún día tendremos que recobrar nuestra verdadera identidad nacional.


viernes, 17 de febrero de 2012

Dios mío, hazme viuda por favor.



Cómo tenía que suceder, México se encuentra ante el umbral del hembrismo con la posibilidad de tener una mujer presidente, -así con e, puesto que tampoco decimos presidento-.

Y es que el PAN -partido de ultra derecha- tiene como candidata a la Presidencia de la República a Josefina Vázquez Mota, quien no es la primera mujer candidata -ya van 5, cosa que nadie recuerda por estar viendo telenovelas- pero sí la primera con posibilidades reales de ser presidente puesto que es postulada por el partido en el poder.

Lamentablemente no se trata de una mujer especial o que haya llegado a ese lugar por sus grandes  ideas sino por ser producto del tráfico de influencias y del brinco de un cargo público a otro.

Lo más grave del asunto es que cometió el error hace meses -de lo cual se ha de estar arrepintiendo- de publicar  su gran best seller titulado: "Dios mío, hazme viuda por favor".

El sólo título conlleva una gran carga de misandria -odio al varón- y aunque en su interior intenta manipular dolosamente la frase, diciendo que significa otra cosa,  a nadie -excepto a los hembristas-  puede engañar con semejante falacia.

Para ella queda muy claro que lo mejor que puede pasarle a una mujer es que se muera su marido, y a sabiendas de que la gente se queda siempre con los encabezados su intención es netamente denigrante y violenta hacia el varón.

Es aberrante pensar que algún hombre en su sano juicio se atreva a votar por ella y ninguna mujer que valore la equidad de género pueda tener el descaro de considerar a alguien que se atreve a esgrimir una frase tan descaradamente hembrista.

Sin embargo, en un país como México con tanta publicidad hembrista alrrededor, el riesgo de que gane es real y con ello la posiblidad de enfrentarnos a un régimen netamente misándrico.

A nadie le importa que como diputada fué la más faltista de su bancada, ni que como Secretaría de Educación hundió al país en los últimos lugares a nivel mundial, ni que como Secretaria de Desarrollo Social se olvidó de rescatar a los indigenas Tarahumaras que a últimas fechas fueron noticia por estarse muriendo de hambre -y suicidándose según dijeron-, ni que haya dejado sin ayuda humanitaria a los damnificados por las inundaciones -5 seguidas- en Tabasco; porque no, lo único que  importa es que es mujer y por lo tanto tiene que ser buena, sensible y honesta como dice la mercadotecnia de género que nos inunda.

Y a mí, eso es lo que más me preocupa, que en un país dogmático y manipulado como es México, semejante aberración puede llegar a ser presidente.

Lástima que no tengo otro lugar a donde ir porque si gana Josefina por primera vez en mi vida me avergonzaré de ser mexicano.


Dios mío, hazme gringo por favor!!!!!