En el D.F. se acaba de publicar en días pasados La Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Sin embargo, dentro de los puntos tocados en esta ley está el hecho de penalizar las miradas lascivas. Es decir que va resultar un delito voltear a ver a una mujer por el simple hecho de que ésta considere que tu mirada es lasciva.
Lo lamentable de ver que se publiquen este tipo de leyes es que conllevan una clara carga de "misandria" (odio hacia el hombre), en la que se nos trata como violadores en potencia.
Si se tratara de aplicar una disposición justa entonces también habría que castigar las miradas lascivas de las mujeres como en el caso de todas aquellas que coquetean con un hombre ya que no lo miran precisamente con inocencia o de todas aquellas que miran las nalgas de Latin Lover cada vez que se para frente a ellas.
Pero además de todo, si se debieran castigar las miradas lascivas también deberían castigarse las actitudes lascivas, que muchas veces son las que provocan dichas miradas, porque si las mujeres no usaran minifaldas, escotes, pantalones ceñidos, zapatillas o maquillaje seguramente no incitarían miradas lascivas. Ya que a toda acción corresponde una reacción.
Es por eso que cuando vemos documentales del National Geographic (los que no vemos solo televisión abierta) en los que aparecen mujeres aborígenes con los pechos al aire o las nalgas con taparrabo nadie las mira morbosamente ya que carecen de lascivia en su atuendo y conducta.
Claro que no faltaría quien aludiría a la libertad de vestirse como uno desee, pero entonces también podríamos aludir a la libertad de volterar a ver a donde uno desee, ambas cosas son ciertas, lo malo es que solo se considere delito aquello que perjudica al hombre.
Esto es producto de la mentalidad hembrista que permea nuestra sociedad y de la cual han sido víctima nuestros legisladores al emitir leyes a todas luces discriminatorias hacia el varón. Dándonos como dije un trato de violadores en potencia.
Esto aparece reflejado en otras leyes que ya existen como la referente a los divorcios, el aborto y el trabajo, que ya analizaremos mas adelante y en las cuales lejos de aplicarse un criterio de verdadera equidad de género solo se buscan privilegios hacia el género femenino.
Los hombres particularmente debemos tomar conciencia de este tipo de abusos de género y ojalá las mujeres también lo hicieran aunque por experiencia he visto que en general están tan enculturizadas en contra del varón que es difícil escuchar a una mujer que no defienda sus privilegios femeninos.